19 de junio de 2006

Pecado

Pecado

Según el diccionario de la Real Academia Española pecado significa: 1) transgresión voluntaria de preceptos religiosos. 2) Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido. 3) Apetito desordenado que es fuente o principio de otros pecados. 4) Según la doctrina cristiana, obra, palabra o deseo contrarios a la ley de Dios.5) Dejar de hacer aquello a que se está obligado por ley moral.

El concepto de pecado se manifiesta a través de toda la Biblia, y constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las Escrituras proponen como tesis principal. Pecado es aquel poder misterioso primordial que se opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo.

Dios creó al hombre y lo formó del polvo de la tierra (Gen 2:7) y le dio promesas y estableció estatutos (Gen 1:28; 2:15-17), pero Adán y Eva desobedecieron a los lineamientos de Dios y en consecuencia entró el pecado (Gen 3:6-7), a partir de este momento el Hombre acarreó con las consecuencias (Gen 3:13-18) y fueron desterrados del Edén.

Gen 3:13-1813Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 14Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”

Debido a la desobediencia de Adán y Eva, ahora el ser Humano experimenta una naturaleza pecaminosa, la cual se pone de manifiesto cuando se nos es revelada la ley (Rom 7:7-8). El salmista en un acto de arrepentimiento reconoció su naturaleza pecaminosa y pidió perdón a Dios (Salmo 51:5)

Rom 7:7-8 7¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 8Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.”

El pecado acarrea consecuencias terribles entre las que se pueden nombrar:

1.- Muerte espiritual y física (Rom 7:9-10) lo cual implica separación o destitución de Dios (Rom 3:23).

Rom 7:9-109Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. 10Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

2.- Enfermedad (Salmo 51:8)

3.- Sentimientos de culpa (Mateo 27:3-5)

4.- Esclavitud (Juan 8:32-34)

5.- Acarreamos maldiciones (Deuteronomio 28:15)

6-. Ruina (Malaquías 3:7-9; Hageo 1:10-11)

El creyente que quiere agradar a Dios tiene una lucha constante con su naturaleza pecaminosa (Rom 7:21-25; Gal 5:16-20), pero somos más que vencedores en Cristo Jesús porque “13Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil 4:13). El apostol Pablo reconoce la excelencia de la gracia y la redención de Cristo en Rom 8:1-2 “1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”

Jesús conquistó la victoria para nosotros venciendo sobre el pecado (Juan 3:16; 1 Corintios 15:21-22; Juan 8:35-36)

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